lunes, mayo 19, 2014

CUANDO HACÍAMOS TAREAS...CON MÁQUINAS DE ESCRIBIR...

Recuerdo que en mi pre-adolescencia y adolescencia (a comienzos de los 80s), cuando todavía no se conocía en el internet en Latinaomerica (apenas estaba en pañales en E.U) y los computadores eran artefactos muy caros, solo adsequibles por chicos de padres con sueldos generosos; solo existían dos maneras de entregar un trabajo escrito para el colegio: redactado a mano o escrito en una máquina de escribir.


La  mayoría de los estudiantes de aquellos tiempos, entregaban sus trabajos redactado a mano, pero en mi caso, tenía una amiga que poseía una máquina de escribir (y para el colmo era mecánica y no eléctrica). Todavía tengo en mi mente, aquellas tardes en la casa de ella, haciendo trabajos escolares en su máquina de escribir. Todo empezó cuando una vez nos tocó hacer un trabajo en grupo (eramos tres; un amigo, la muchacha dueña de la máquina de escribir y quién redacta este post), y nos rápidamente nos dimos cuenta de que ninguno de los tres teníamos buena letra; así que decidimos hacer el trabajo en la máquina de escribir de nuestra amiga. Acordamos entre mi otro amigo y yo costear las resmas de papel y la cinta en caso de que ésta se agotara. Recuerdo como pasabamos horas revisando aquellas hojas de papel, corrigiendo errores (una pesadilla en una máquina de escribir, por que en dicho caso había que escribir toda la hoja de nuevo). La que siempre escribía en la maquina era la dueña de la misma, ya que ella era la única que sabía escribir rápido, mientras que mi amigo y yo eramos "pullografos" (es decir escribíamos solo con el dedo índice de la mano que manejaramos más, es decir, diestro o zurdo). Fueron muchos los trabajos que hicimos los tres en casa de ella, junto a su ruidosa máquina de escribir, muchass las discusiones, y por supuesto, nuchas las satisfacciones cuando veíamos nuestros esfuerzos recompensados con excelentes notas.



Hoy en día las máquinas de escribir, son cosas del pasado, y muchos jóvenes de hoy en día las miran con curiosidad e incredulidad, ya que se les hace difícil pensar que muchos de los que vivímos aquellas épocas hicimos trabajos escolares en dichos artefactos. Sin embargo en las zonas céntricas de mi país (Colombia), cerca de los juzgados, todavía se escuchan los sonidos de éstas máquinas, siendo utilizadas por tramitadores de todo tipo de procesos legales y tinterillos (abogados), quienes a plena luz del día, ofrecen sus servicios tramitando documentos y redactándolos en estos artefactos...

Cuanto nostalgia me viene a la mente al recordar una máquina de escribir...



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Blog de Vladimir Ramos